Ferroclub Central Entrerriano

VILLA ELISA
14-11-2021

LA LOCOMOTORA DEL FERROCLUB TIENE EL SILBATO QUE ESPERABA HACE 27 AÑOS.

(Villa Elisa al Dia)

2021-11-14-22:35
Un sábado 13 de noviembre de 2021, la locomotora Drewry, estrenó silbato de vaporera.
Un viejo deseo ferroviario se cumplió en la noche del sábado 13. Oir el estridente silbato de una locomotora a vapor, como hacía 41 años no ocurría en Villa Elisa.

Cuando se clausuro el ramal Caseros-San Salvador en 1980, un silbato de tristeza y final de ciclo, la locomotora a vapor que venía a llevar los restos del ramal, fue el último de esa melodía tan típica, inigualable e imposible de imitar, que se escuchó en el aire de Villa Elisa.



Anoche volvió a sonar. Quizás debía ser un día 13-el que a muchos no les cae bien- cuando ese deseo contenido y resignado, de ponerle a sus ínfulas de vaporera a esta locomotora a combustión de 1928, esa sonoridad que taladra los oídos, que los que la ven pasar, hacen seña con el brazo vertical y el puño hacia abajo, recordando a los viejos conductores, que tirando la piola horizontal, cuando el tren llegaba, señalaban la hora exacta con que la gente acomodaba el reloj a cuerda.

Más de dos décadas buscando uno de los remedios para parecer. La Drewry, no tenía esa forma cuando llego en 1994. Su diseño era otro. Pero se dibujó su nuevo formato estilo vapor, porque comandaría el que se llamaría “tren histórico”. Por eso la herejía de modificarla toda. Sin embargo, había una herida que estremecía en cada llegada a cualquier estación; Su silbato no se compadecía con su forma, provocando que más de un ferroviario, quedara desahuciado al escucharla. Parecía condenada, a que además de faltarle el clásico tender, de agua y leña, el silbato tradicional, nunca llegaría.

Un tal “Polo” Santini, al que le corre vapor por su vida, un 18 de octubre-hace unos días- conmovido por la necesidad de los que venían de Villa Elisa, resigno uno de los dos que guardaba en sus estantes, y regalo el silbato para la Drewry.

Ese artefacto de bronce, de más de 100 años, perteneció a una fábrica de aceite, que lo utilizaba para llamar al personal y para finalizar la tarea. Nunca funciono en una locomotora, aunque sus notas, son melodías idénticas a las que escuchaba la gente cuando un tren pasaba por un pueblo.

El ingenio que provocaba tener poco, hacía de los torneros y artesanos, la construcción de artefactos maravillosos y precisos, que no es posible encontrar hoy como producto nuevo. Lo que se consigue, es rezago, de lo que quedo como chatarra de la historia, que la inteligencia de la era actual no pudo emular.
Será distinto partir y llegar para quien conduzca. Un placer que se dará, acompañado de tapones en los oídos. Y cuidar que no haya ninguna persona cerca.

Anoche, al probar el silbato, encontramos sentido, a lo que viejos tripulantes de locomotoras alertaban: “tapate los oídos, porque quedas aturdido por un rato”, pues su sonido penetrante y agudo, se escucha a kilómetros.
Ninguna de las bocinas alternativas que durante 27 años se colocaron, lograron el efecto; la de potenciar una emoción; la de volver a escuchar los sonidos perdidos del ayer.

El Ferroclub de Villa Elisa, agradece a Alberto “Polo” Santini, Ferroviario por acción y vocación, de La Paz, la primer ciudad entrerriana, que 1968, le sacaron el ferrocarril, por su donación, y a la espera de su visita, para que conduzca el tren y haga sonar el silbato.