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ESPAÑA
13-01-2021

Historias sobre ruedas: María de Villota

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(Villa Elisa al Dia) Foto oficial de Marussia tras anunciar a María de Villota como su piloto de pruebas. Foto REUTERS/Daniel Munoz

2021-01-13-14:22
María de Villota: la historia trágica marcada por un accidente inexplicable cuando estaba cerca de la F1
En su primer test como piloto de pruebas de Marussia, un grave choque le causó la pérdida de un ojo. Murió al año siguiente, pero antes dejó un legado que sigue vivo.


María de Villota tenía 32 años cuando la escudería Marussia la eligió como su piloto de pruebas de la temporada 2012 de la Fórmula 1, lo que rompió con 25 años sin representación femenina al volante. Sin embargo, en su primer examen, el 3 de julio en la previa del GP de Gran Bretaña, un grave accidente le provocó la pérdida del ojo derecho, y consecuencias que derivaron en su muerte el 11 de octubre de 2013. A lo largo de esos 15 meses, la primera española en llegar a la F1 cambió el enfoque de su gran pasión y se centró en la seguridad vial, ayudó a niños con enfermedades neuromusculares y mitocondriales y a mujeres en situación de violencia y escribió un libro. Dejó, en definitiva, un legado que, en el día en que cumpliría 41 años, sigue vivo.


Pese a ser hija de un piloto que a los 30 años corrió su primer Gran Premio de Fórmula 1 -Emilio de Villota en España 1977- y crecer entre karts, aceite y neumáticos, el automovilismo no era una opción en su infancia. Sus padres querían que tanto ella como sus hermanos, Isabel y Emilio Jr., probaran otros deportes y así lo hicieron. Hasta que a los 16, por iniciativa de su hermano, se inscribió en una competencia de karting y ganó entre unos 2 mil chicos. Fue la confirmación de que su sueño de ser piloto de la F1 no era imposible. Y lo alimentó al irse a estudiar un año a Estados Unidos para mejorar su nivel de inglés y licenciarse en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, para que la fuerza no fuese una barrera en su camino como piloto.

Quedó demostrado una mañana de agosto de 2011. María se puso el mono negro con detalles dorados, se ató su pelo rubio, se colocó el casco e hizo la señal de la cruz antes de subirse al R29 de Lotus Renault. Esperó unos minutos en el box del circuito francés Paul Ricard y, cuando recibió la orden de los ingenieros, aceleró a fondo durante 300 metros para convertirse en la primera española de la historia y en la primera mujer después de 6 años en pilotar un Fórmula 1.

Pese a lo que podía escuchar en el paddock, tenía claro que esa condición no podía ser una barrera: "Lo bueno es que te mides al cronómetro. Da igual ser hombre o mujer. Nosotras podemos pilotar perfectamente un F1 y eso no quita que se necesiten muchas horas de entrenamientos, mucho sacrificio, esfuerzo y ser una mujer de constitución fuerte", le decía a El Confidencial.

"Como una mujer piloto, estaba muy feliz por tener la oportunidad de pilotar un coche de Fórmula 1, porque es la cumbre del automovilismo y siempre ha sido un sueño para mí. Este ha sido un paso muy importante para llegar a la F1 y ahora, más que nunca, es posible", declaraba sobre una prueba que la escudería confirmó recién el 18 de agosto y que alimentó la expectativa de que la española integrara el equipo como tercer piloto en 2012.

Pero no fue Lotus sino Marussia -ex Virgin- la que en marzo de 2012 confirmó a María de Villota como su piloto de pruebas, en un equipo que tenía a Timo Glock y Charles Pic como titulares. "A nadie se le pasó por la cabeza que podía llegar a la Fórmula 1 -confesó Emilio de Villota-. Pues como era su sueño, también era el mío".

Unos días después, la aventura de su hija pequeña comenzó en Melbourne, donde observó el Gran Premio de Australia, primera cita de la temporada. Si bien su máximo desafío sería la jornada de tests de jóvenes pilotos en Abu Dhabi a finales de ese año, en la previa del GP de Gran Bretaña la escudería la requirió para hacer pruebas de aerodinámica en el aeródromo inglés de Duxford el 3 de julio.

Hasta allí la acompañó su hermana, Isabel, que también era su jefa de prensa. Sería una prueba sencilla, en línea recta. Pero en Madrid, su madre estaba muy nerviosa. "Si hay algún día que no te tienes que preocupar es hoy", le dijo Emilio antes de irse a trabajar. Fue su celular el que sonó veinte minutos después de la hora señalada para el ensayo, y era su hija la que le avisaba que María había tenido "un accidente muy fuerte" y le pedía que viajara inmediatamente a Inglaterra.

En el arranque de la prueba que marcaba el inicio del futuro de la madrileña, el Marussia MR01 impactó de frente contra la rampa de uno de los camiones del equipo, que era "inusual" y "más larga" de las que habitualmente hay en los Grandes Premios. "¿Está muerta?", preguntó entre gritos Isabel desde el box, donde no había respuesta que pudiera calmarla. "No lo sabemos", le dijeron, mientras los pedidos de una ambulancia se multiplicaban.

"Me tiré al suelo a rezar, cuando me dijeron que María se había movido. Fue entonces que pensé que si había un segundo para llamar a casa era este y si había una persona que podía llamar era a mi padre", recordó Isabel de Villota en el programa Informe Robinson.

De camino al hospital en Cambridge, la ambulancia que llevaba a María se paró tres veces pero los médicos lograron que llegara consciente. "Me duele la cabeza", fue lo último que dijo cuando su hermana le preguntó cómo estaba en la sala de emergencias, donde le habían cubierto la mitad de la cabeza. Luego, entró al quirófano, donde pasó 17 horas. Era apenas la primera de una serie de operaciones para reconstruir su rostro.

Recién al cuarto día la piloto recibió la noticia de que había perdido su ojo derecho. "Tenía 104 puntos en la cara, negros, que parecían cosidos con cuerda náutica, y había perdido el ojo derecho. Me quedé aterrada", confesó en su primera entrevista, publicada en la revista Hola el 10 de octubre. Atrás habían quedado ya su internación en Inglaterra, que se extendió hasta finales de julio, y una nueva intervención de reconstrucción facial en el Hospital La Paz de Madrid. Pero el momento del accidente seguía fresco.

“Creía que estaba en una prueba de esfuerzo de la FIA -reconoció-. Pensaba que estaba en una especie de simulación y que tenía que aguantar desde el punto de vista mental. Que era una prueba de resistencia. Estaba al límite de mis fuerzas, pero sentía que debía demostrar que podía superar esa prueba. Estaba exhausta, agotada. Recuerdo además la voz de la enfermera, que decía: '¡Venga María, aguanta!'. Cuando desperté comencé a hablar en inglés, hasta que mi padre me dijo: 'Por favor, María, habla en español que mamá se está perdiendo la mitad'. Entonces empecé a darme cuenta de lo que había ocurrido".

Aunque su futuro como piloto se había esfumado, no tardó en encontrar un nuevo propósito. Transformó su pasión por el automovilismo en aquella por transmitir la importancia de, por ejemplo, usar casco, el elemento que -en definitiva- había salvado su vida. Y su energía la dedicó a la Fundación Ana Carolina Díez Mahou para mejorar la calidad de vida de niños con enfermedades neuromusculares genéticas. En lo personal, se casó con Rodrigo Garcia Millan, con quien había comenzado a salir meses antes del accidente, el 28 de julio de 2013.

También logró volcar su experiencia, y crear un permanente recuerdo de lo que le había ocurrido, en el libro "La Vida es un Regalo". Aunque no pudo presentarlo públicamente porque murió tres días antes, sí logró verlo editado y pudo entregárselo a sus padres la noche previa a viajar a Sevilla, donde falleció en una habitación de hotel la mañana del 11 de octubre de 2013, día en que la esperaban para una de sus habituales charlas motivacionales. Fue a raíz de un coágulo causado por las consecuencias del accidente de 15 meses atrás.

"No es tremendo ni morboso: es como la vida; increíble, sorprendente, dura y bonita. Esta noche me he levantado de la cama para contaros esto. Me he levantado de la cama porque, como muchas otras noches, siento un dolor en el pecho que no calman mis medicinas. Así que no solo vivir es decidir. Yo diría, desde mi vivencia, que morir hasta cierto punto también es decidir", escribió en la introducción de su libro. Palabras que siguen teniendo sentido ocho años después.

"Sentí rechazo por ser mujer"
En su libro, María de Villota también reveló el machismo que debió vivir por querer ser piloto. "Sentí el rechazo por ser mujer. El año que sin duda sentí más el rechazo fue cuando corrí el Campeonato de Alemania de Turismos. Recuerdo que cuando entré a la primera reunión de seguridad de pilotos, todos estaban muy contentos por tener una mujer, y española, en la parrilla. Pero cuando empecé a visitar el podio, la españolita ya no les hacia tanta gracia", contó. Además, reveló que le costó trabajo que los mecánicos escucharan sus devoluciones solo por el hecho de ser mujer.

Como embajadora contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, cuando el accidente la obligó a bajarse del auto de carreras, la española se dedicó entonces a luchar contra la violencia de género y por la promoción de la mujer. Por eso, su familia, que decidió no crear una ONG con su nombre sino llevar adelante "El Legado María de Villota" para continuar con la obra altruista de la piloto, inauguró en 2017 la Residencia María de Villota, gestionado por Cáritas, para alojar a mujeres que necesitan ayuda.

Resolución del accidente: "Sin culpa de María"
María de Villota murió antes de que la investigación del accidente demostrara que no había sido su culpa el choque frontal contra la rampa del camión de la escudería Marussia. Recién en octubre de 2017, cuatro años después de su muerte, su familia logró establecer que no había sido responsabilidad de la piloto lo ocurrido el 3 de julio de 2012.

"La familia de María de Villota se complace en comunicar que ha alcanzado un acuerdo que pone fin al contencioso que mantenía frente a Manor F1 Team, anteriormente conocido como Marussia F1 Team, como consecuencia del accidente que sufrió María el día 3 de julio de 2012. El accidente fue causado por una serie de motivos, entre ellos el producido por el camión aparcado en la zona de pit con su rampa desplegada, sin culpa de María", remarcaron en un comunicado con el que cerraron un proceso largo y doloroso.

Según el informe elaborado por Health and Safety Executive, y publicado por la BBC dos años antes, la rampa del camión contra el que se incrustó el auto era "inusualmente más larga de lo normal" y "situada a la altura de la persona afectada". Además, la escudería no le había explicado a la piloto cómo detener el monoplaza, que tenía activado el sistema anti-stall (anticalado), que elevaba el motor a 4.100 revoluciones por minuto para evitar que se detuviera.

"María hizo una vuelta al circuito, pero no le explicaron los procedimientos que debía seguir para detenerse. De Villota recibió instrucciones de su ingeniero de carrera, pero no le dijeron nada sobre la detención del coche o sobre qué marchas debía usar cuando llegase al pit-lane", explicó el medio británico, donde se repasó que la española había pulsado un botón para intentar desbloquear el embrague y que había tratado de bajar de segunda a primera marcha, intentos infructuosos para evitar el accidente.
Clarin.Com

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