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ESPAÑA
27-04-2023
Son hermanos y se enamoraron: tienen dos hijos y luchan para que les permitan casarse
2023-04-27-hora 7:00
Ana y Daniel Parra son hijos del mismo padre. Quisieron tener una relación de hermanos “pero era forzadoâ€, cuentan a Infobae.
Desde la primera noche en que se besaron intentaron separarse varias veces, pero no lo lograron. Asà decidieron, pese al tabú, seguir adelante con su relación de pareja. ¿Por qué no pueden unirse legalmente? Hoy cuentan su historia en un medio de Argentina por primera vez
Por Gisele Sousa Dias.Infobae,27 Abr, 2023
“Todo empezó cuando yo era muy pequeñaâ€, arranca Ana Parra, como si estuviera por comenzar a contar un cuento. Sabe que su historia tiene ribetes que parecen de ficción -si incluso varias veces le han ofrecido hacer una pelÃcula-, pero lo que está por contar es su historia de amor real: cómo, para empezar, ella y su hermano se enamoraron pese a todos los intentos que hicieron por enterrar lo que sentÃan.
“Mi madre estaba casada y quedó embarazada de mÃ. Pero cuando yo tenÃa unos pocos meses mi padre nos abandonó y creó otra familiaâ€, cuenta ella -española, 34 años-, desde su paÃs.
Nada era secreto para Ana. “Yo sabÃa que mi padre se habÃa juntado con otra mujer y habÃa tenido un hijo. Siempre supe que tenÃa un hermano. De hecho mi madre me decÃa: ‘Si algún dÃa quieres conocerlo, me lo dices y ya’â€, cuenta a Infobae.
Ana Parra vive con su pareja, que también es su hermano, y sus dos hijos
Ana se habÃa criado con su mamá, el marido de ella -â€que es el que me hizo de padreâ€- y con una hermana, la hija que su mamá habÃa tenido luego con ese nuevo marido. Asà que más que estar buscando desesperadamente a un hermano lo que sentÃa era curiosidad.
¿Quién era? ¿Cómo era ese hermano de quien no sabÃa ni el nombre, ni la edad?
En abril de 2006, Facebook le abrió la puerta que necesitaba. Ana tenÃa 20 años cuando en las redes encontró a su padre y a ese hijo que habÃa tenido: se llamaba Daniel Parra, tenÃa 17 años. Como tenÃan el mismo apellido, tuvo miedo de asustarlo y lo agregó desde el perfil de otra persona.
“Yo querÃa ver quién era, cómo era su vida, dónde vivÃa. Y pasé varios dÃas mirándoloâ€, sigue ella.
Se conocieron en 2006
Un dÃa Daniel escribió que habÃa aprobado un examen para obtener el carnet de conducir. “Y yo me decidà a hablarle. Le puse ‘felicidades’, nada más. Mi miedo era que él no supiera de mi existencia, ‘a ver si voy a hablarle ahora y le desmorono todo su mundo’, ‘a ver si me rechaza’ o ‘a ver si piensa que busco algo más’â€.
Daniel sólo le respondió “gracias†y Ana no logró contenerse: “¿Sabes quién soy?â€, le preguntó. Él le dijo “no lo sé, pero lo imaginoâ€, que mejor ella se lo dijera. Ana le devolvió tres palabras: “Soy tu hermanaâ€.
El joven tenÃa 17 años, todavÃa vivÃa en la casa familiar. SabÃa que su padre habÃa tenido una hija de un matrimonio anterior y habÃa una razón por la que no habÃa tenido con ella una vida de hermanos. “Mi padre me habÃa dicho que no se la dejaban ver y que por eso habÃa perdido el contactoâ€, cuenta él, que ahora tiene 30. Como fuera, a los 17 no habÃa sentido aún necesidad de salir a buscarla.
Pusieron fecha para encontrarse y conocerse y ahà se dieron cuenta de que siempre habÃan estado cerca, demasiado: los dos vivÃan en Santa Eulalia de Ronsana, un pueblo de Cataluña de 7.000 habitantes.
Viajaron a Londres para poder vivir su relación en libertad
Dos dÃas después de haber empezado a hablar “nos vimos, nos abrazamos y nos echamos a reÃr, era una situación raraâ€, recuerda él.
“Claro, hasta era cómica, éramos hermanos pero no nos conocÃamos de nadaâ€, dice ella. “Yo siempre he sido muy echadapalante, hablo mucho, me llevo bien con todo el mundo, soy muy abierta, ¿y si me encontraba con alguien que era todo lo contrario? ¿Y si le caÃa mal porque decÃa ‘esta tÃa como que arrasa mucho’?â€.
Quedaron para comer y ninguno de los dos sintió incomodidad. “Asà que fuimos entablando una relación, quizás un poco forzada por intentar conocernosâ€, sigue ella. Ana, que en ese entonces estaba en pareja, se mudó con ese novio muy cerca de donde vivÃa Daniel, su hermano.
“Y poco a poco nos fuimos acercando másâ€.
Al poco tiempo Ana se separó y se fue a vivir sola y en su nueva vida se abrió un espacio enorme. Empezó a compartir entonces más tiempo con Daniel, conoció a sus amigos, empezaron a salir de fiesta, a ir juntos a cenas, a conciertos.
Solteros, empezaron a pasar todo el dÃa juntos
“Yo salÃa de trabajar y me iba a cenar a su casa, veÃamos una peli, se hacÃa un poco tarde y a lo mejor me quedaba a dormirâ€, cuenta Daniel. Ana vivÃa con lo justo asà que él, que tenÃa un sueldo y vivÃa con el padre (de ambos) le hizo una propuesta: “Mira, ya que me paso aquà todos los dÃas ¿qué te parece si me vengo contigo y pagamos los gastos a medias?â€.
Se fueron a vivir juntos aunque muchos ya veÃan que la relación “de hermanos†tenÃa algo que no parecÃa “de hermanosâ€.
“Todo el mundo lo veÃa, nos decÃan ‘es que no es normal la relación que tienen. Nosotros nos enfadábamos, en plan ‘¿pero qué decÃs? Que no hay nada raro’. Pero todos insistÃan, ‘¿es que no lo ven?’â€, se rÃe ella. “Hasta que un dÃa nos fuimos de fiesta y estábamos bailando, tomando algo y tal y Dani me dio un besoâ€.
Mientras sus amigos abrieron los ojos enormes y se miraron como diciendo “¿estás viendo lo que yo estoy viendo?â€, Ana pensó “¿pero Dani, qué estás haciendo?â€.
Daniel enseguida la tomó del brazo y la separó del grupo. “Y yo pensé ‘me va a decir se me ha ido la olla, ¿Qué todahe hecho?’, pero el caso es que volvió a besarme y pasamos toda la noche juntosâ€.
Daniel dice ahora que no lo habÃa pensado, que no fue premeditado: su cuerpo habÃa hablado por él.
El tabú
"Hay algo raro, ¿es que no lo ven?", le decÃan sus amigos
“Al dÃa siguiente sà nos empezamos a comer un poco la cabeza: ¿qué hemos hecho?â€, recuerda él.
“Es que por más que no tuviéramos sentimientos de hermanos la sociedad te impulsa a creer que está mal. Pero somos hermanos porque lo dice un papel, el sentimiento no es ese, si hubiese estado ese sentimiento de hermanos no hubiese pasado entre nosotros nada de estoâ€.
Ana entendió que acababan de “romper un tabúâ€. “Yo pensé ‘madre mÃa, ¿ahora qué? VivÃamos juntos. Pero todo lo incómodo que yo pensaba que iba a ser, no sucedióâ€.
Lo que hicieron, entonces, fue esforzarse para ponerle un freno: “Seguimos un poco la rutina de intentar que no sucediera nada entre nosotros, pero cada vez sucedÃa más a menudoâ€. Los dos eran solteros, todos notaban que habÃan dejado de tener relaciones con otras personas.
Intentaron separarse varias veces
Lo que pasaba ya empezaba a correr de boca en boca, al menos en la mesa chica. “Y ahà fue la primera vez que intentamos no estar juntosâ€, cuenta ella.
“Él me lo decÃa: ‘Es que eres mi hermana, no puedo estar contigo’. Y a mà ahà como que me cambió un poco el chip. Pensé ‘no es que no quiere estar conmigo, no es que no me quiere: no está conmigo porque soy su hermana’, porque se supone que está malâ€.
La primera separación no duró ni un dÃa. “Lo hablamos por la mañana y por la noche estábamos en el sofá y dijimos ‘bueno, cada uno a su cama y al final volvimos a dormir juntosâ€. Siguieron pegados pero ocultándose durante tres o cuatro meses más.
“Pero no era la manera en que yo querÃa vivir. No querÃa estar toda la vida ocultándomeâ€, dice Ana. “Pensaba ‘es que me voy a arrastrar asà y me voy a ver con 40 años que he perdido toda mi vida ocultándome’. Y entonces ahà fue cuando le dije ‘mira: hasta aquÃ. Yo quiero tener una vida familiar, quiero tener proyectos de futuro, quiero salir a la calle de la mano de mi pareja, ir a cenar sin miedoâ€.
Se distanciaron pero duró, otra vez, muy poco. Daniel la llamó y le dijo que no querÃa estar lejos de ella y buscando la libertad que en el pueblo no tenÃan se fueron a visitar a unos amigos a Londres. Ahà por primera vez caminaron de la mano, cenaron afuera, hicieron vida de pareja.
Volvieron a España y salieron de la oscuridad
Cuando volvieron a España, ya dispuestos a salir del closet, comenzaron a tener una relación de novios a la vista de todos.
Ana conoció a su padre, al que nunca en su vida habÃa visto: “Mi padre decÃa que querÃa conocerme y a Dani lo presionaba para que nos presentaranâ€, contó ella en una entrevista con El Español. “Yo ya no necesitaba un padre, aún asà lo conocà por darle una oportunidad y por quitarle a Dani un peso de encimaâ€.
Llegaron las entrevistas de medios de todo el mundo, las propuestas de hacer la pelÃcula desde Estados Unidos e Inglaterra, las ofertas para entrar a Gran Hermano. Ana y Daniel dieron algunas notas pero sus planes eran otros.
Fue por ahà que Ana quedó embarazada por primera vez.
Los hijos
Tienen dos hijos, hoy de 3 y 5 años
Antes de decidir dejar de tomar anticonceptivos, habÃan ido a ver a varias ginecólogas reconocidas. QuerÃan saber si por su lazo sanguÃneo un bebé de ellos podrÃa tener algún problema genético y les dijeron que “el riesgo de que nacieran con algún tipo de enfermedad recesiva (las que todos genéticamente portamos pero que necesitan de otra mitad para que se pueda transmitir) es de un 4% mayor que una pareja que no comparte genesâ€.
Ana quedó embarazada el primer mes de búsqueda: eran gemelas.
“Lo que pasó es que perdà a una, yo ya estaba casi de tres meses. Y ahà nos acojonamos en plan ‘madre mÃa, ¿qué está pasando?’. Contactamos con una genetista que me habÃan recomendado y nos transmitió calma: es verdad que habÃa un pequeño porcentaje mayor de que los niños vinieran enfermos, pero era mÃnimoâ€.
Durante el segundo embarazo
Ana habÃa perdido a una de las gemelas pero no por eso. “Nadie te asegura 100% que un bebé nazca sano, pero que en nuestro caso nuestros hijos no tenÃan chances de heredar enfermedades genéticasâ€, cuenta. Les explicaron que la pérdida pudo haber sucedido por algún coágulo de sangre, quizás producto de algún esfuerzo o por mala implantación.
Luego vino el segundo embarazo, el varón. Hoy sus hijos tienen 5 y 3 años y van a una colegio Montessori, donde acogen a todo tipo de familias. Entre tanto, el deseo de casarse quedó hilvanado por ahÃ, aunque trunco.
¿Pueden? No, porque el Código Civil de España prohÃbe el matrimonio entre parientes directos.
Daniel señala lo que le parece absurdo: “Compartimos la libreta de familia. Yo estoy reconocido ahà como padre de mis hijos y ella como la madre. O sea, todo es legal excepto que no podemos ser pareja legalmente. Eso es algo que todavÃa no entendemosâ€.
Ana y Daniel llevan años viendo qué pasa afuera cada vez que cuentan su historia. Los religiosos que dicen ‘van a arder en el infierno’, los morbosos que alguna vez les han escrito para pedirles fotos eróticas y videos porno.
Pero a ellos más que las pelÃculas y todo el cotillón les interesa poder acceder al derecho a ser una pareja legal.
“No estamos promoviendo el incesto y nada de esas cosas que nos han dicho. No queremos hacer una reivindicación de eso, no es lo que hemos querido hacer nunca. Esta es solo nuestra vidaâ€.