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ARGENTINA
31-08-2025
A 70 a帽os del discurso mas furioso de Per贸n en respuesta al bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955.
31-08-2025-H:20.33
"隆Y cuando uno de los nuestros caiga, caer谩n cinco de los ellos!鈥: el discurso m谩s furioso de Per贸n
Despu茅s de los bombardeos a Plaza de Mayo el gobierno peronista hab铆a propuesto una pacificaci贸n, que no funcion贸. El 31 de agosto de 1955 el Presidente sali贸 al balc贸n de la Rosada por 煤ltima vez antes de su ca铆da y su exilio. El discurso completo.
Por
Leonardo Torresi
Era p煤blico que el presidente Juan Domingo Per贸n estaba enojado por el fracaso de la tregua que le hab铆a propuesto a la oposici贸n. Pero quiz谩 ni los propios esperaban un discurso tan furioso. El 煤ltimo d铆a de agosto de 1955, el general sali贸 por 煤ltima vez al balc贸n de la Casa Rosada antes de su largo exilio. Exactamente a las 18.37 arranc贸 a hablar. Unos minutos despu茅s llegaron unas frases verdaderamente explosivas.
El inicio de los hechos que llevaron hasta ese d铆a y ese discurso, hab铆a que ubicarlo un mes y medio atr谩s, cuando se hab铆a producido uno de los sucesos m谩s horrendos que vivi贸 la historia argentina del Siglo XX: la masacre cometida por aviadores de la Marina al arrojar toneladas de bombas sobre la Casa Rosada y la poblaci贸n civil, el 16 de junio. Aquella jornada hubo m谩s 300 muertos.
Despu茅s de ese d铆a de horror, Per贸n eligi贸 la opci贸n de enfr铆ar el ambiente. Sac贸 del gobierno a algunos ministros urticantes para la oposici贸n y tom贸 una serie de medidas de apertura pol铆tica, como la elaboraci贸n de un documento con 21 puntos para la pacificaci贸n. En un discurso exculp贸 a los 鈥減artidos pol铆ticos populares鈥 de los hechos luctuosos y mencion贸 solo a algunos personajes puntuales. En otro, dijo que hab铆a dejado de ser 鈥渆l jefe de una revoluci贸n鈥 para pasar a ser 鈥渆l presidente de todos los argentinos鈥.
El clima no dur贸. Ya al d铆a siguiente de los bombardeos fue detenido Juan Ingalinella, un m茅dico rosarino de militancia comunista. Un mes y 10 d铆as despu茅s se supo que hab铆a muerto 鈥渃omo consecuencia un s铆ncope card铆aco durante el interrogatorio en el que era violentado por empleados de la Secci贸n Orden Social y Leyes Especiales鈥.
El permiso para que el lider radical Arturo Frondizi diera un discurso por radio fue un gesto de apertura que se concret贸. Pero mientras, desde el lado opositor, segu铆an accionando: hubo serias agresiones a polic铆as que vigilaban las calles en barrios.
Finalmente el Gobierno anunci贸 que daba por terminada la tregua. El 15 de agosto la Polic铆a denunci贸 que exist铆a un complot para matar a Per贸n. El panorama hab铆a retrocedido a los casilleros anteriores.
Las 煤ltimas horas de agosto fueron la bisagra. Per贸n public贸 en los diarios oficialistas un discurso donde mencionaba su 鈥渞etiro鈥. No era lo mismo que una renuncia, pero empuj贸 el operativo clamor de la CGT, que convoc贸 a la Plaza de Mayo .En la tarde del 31, el presidente sali贸 al balc贸n de la Rosada. Fue la 煤ltima vez en esa etapa. Volver铆a en 1973.
Dimisi贸n de Per贸n
Esa tarde del 31 de agosto de 1955, Per贸n cumpli贸 con su rito inalterable y durmi贸 la siesta. Cuando se levant贸, no estaba de buen humor, seg煤n los testigos. Oscar Albrieu, el ministro del interior moderado que el general hab铆a elegido para gestionar la pacificaci贸n, cont贸 a帽os despu茅s que lo vio especialmente "chinchudo". Desvirtuada su misi贸n, Albrieu present贸 su renuncia depu茅s de escuchar el discurso que en ese momento se estaba por producir, pero sigui贸 en el cargo hasta el final del gobierno.
El acto empez贸 a las cinco. Primero habl贸 H茅ctor Hugo Di Pietro, jefe de la CGT. Despu茅s habl贸 Delia de Parodi, la presidenta de la rama femenina del Partido Justicialista. Pero todos quer铆an que apareciera Per贸n. Le peg贸 unas pitadas al cigarrillo antes de enfrentar a la multitud. No sol铆a fumar en publico y en el entorno lo vieron como una se帽al de nerviosismo.
El discurso de Per贸n fue feroz. Dijo que la oposici贸n no hab铆a entendido su mensaje de conciliaci贸n. "No quieren la pacificaci贸n que les hemos ofrecido", sintetiz贸.
Las frases siguientes hablan por s铆 solas:
"A la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor."
"Con nuestra tolerancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente."
"Establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas, o en contra de la ley o de la Constituci贸n, puede ser muerto por cualquier argentino."
"...la econom铆a de la Naci贸n y el trabajo argentino imponen la necesidad de la paz y de la tranquilidad. Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos."
Por fin, lanz贸:
"隆Y cuando uno de los nuestros caiga, caer谩n cinco de los ellos!鈥.
Para ese entonces, la conspiraci贸n para terminar con el Gobierno ya encaraba su fase final.
El discurso completo de Juan Domingo Per贸n el 31 de agosto de 1955
Compa帽eras y compa帽eros:
He querido llegar hasta este balc贸n, ya para nosotros tan memorable, para dirigirles la palabra en un momento de la vida p煤blica y de mi vida, tan trascendental y tan importante, porque quiero de viva voz llegar al coraz贸n de cada uno de los argentinos que me escuchan. Nosotros representamos un movimiento nacional cuyos objetivos son bien claros y cuyas acciones son bien determinadas, y nadie, honestamente, podr谩 afirmar con fundamento que tenemos intenciones o designios inconfesables.
Hace poco tiempo esta Plaza de Mayo ha sido testigo de una infamia m谩s de los enemigos del pueblo. Doscientos inocentes han pagado con su vida la situaci贸n de esa infamia. Todav铆a nuestra inmensa paciencia y nuestra extraordinaria tolerancia, hicieron que no solamente silenci谩ramos tan tremenda afrenta al pueblo y a la nacionalidad, sino que nos mordi茅ramos y tom谩ramos una actitud pac铆fica y tranquila frente a esa infamia. Esos doscientos cad谩veres destrozados fueron un holocausto m谩s que el pueblo ofreci贸 a la patria. Pero esper谩bamos ser comprendidos, aun por los traidores, ofreciendo nuestro perd贸n a esa traici贸n.
Pero se ha visto que hay gente que ni a煤n reconoce los gestos y la grandeza de los dem谩s. Despu茅s de producidos esos hechos hemos ofrecido a los propios victimarios nuestra mano y nuestra paz. Hemos ofrecido una posibilidad de que esos hombres se reconcilien con su propia conciencia. 驴Cu谩l ha sido su respuesta? Hemos vivido dos meses en una tregua que ellos han roto con actos violentos, aunque espor谩dicos e inoperantes. Pero ello demuestra su voluntad criminal. Han contestado los dirigentes pol铆ticos con discursos tan superficiales como insolentes. Los instigadores, con su hipocres铆a de siempre, sus rumores y sus panfletos. Y los ejecutores, tiroteando a los pobres vigilantes en las calles
La tapa de Clar铆n al d铆a siguiente del discurso
La contestaci贸n para nosotros es bien clara: no quieren la pacificaci贸n que le hemos ofrecido. De esto surge una conclusi贸n bien clara: quedan solamente dos caminos: para el gobierno, una represi贸n ajustada a los procedimientos subversivos, y para el pueblo, una acci贸n y una lucha que condigan con la violencia a que quieren llevarlo.
Por eso, yo contesto a esta presencia popular con las mismas palabras del 45: a la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente. Y desde ya, establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas, o en contra de la ley o de la Constituci贸n, puede ser muerto por cualquier argentino.
Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los que ejecutan, sino tambi茅n contra los que conspiren o inciten. Hemos de restablecer la tranquilidad, entre el gobierno, sus instituciones y el pueblo por la acci贸n del gobierno, de las instituciones y del pueblo mismo. La consigna para todo peronista, est茅 aislado o dentro de una organizaci贸n, es contestar a una acci贸n violenta con otra m谩s violenta. 隆Y cuando uno de los nuestros caiga, caer谩n cinco de los de ellos! Compa帽eras y compa帽eros: hemos dado suficientes pruebas de nuestra prudencia.
Daremos ahora suficientes pruebas de nuestra energ铆a. Que cada uno sepa que donde est茅 un peronista estar谩 una trinchera que defienda los derechos de un pueblo. Y que sepan, tambi茅n, que hemos de defender los derechos y las conquistas del pueblo argentino, aunque tengamos que terminar con todos ellos. Compa帽eros: quiero terminar estas palabras recordando a todos ustedes y a todo el pueblo argentino que el dilema es bien claro: o luchamos y vencemos para consolidar las conquistas alcanzadas, o la oligarqu铆a las va a destrozar al final.
Ellos buscar谩n diversos pretextos. Habr谩 razones de libertad de justicia, de religi贸n, o de cualquier otra cosa, que ellos pondr谩n como escudo para alcanzar los objetivos que persiguen. Pero una sola cosa es lo que ellos buscan: retroceder la situaci贸n a 1943. Para que ello no suceda estaremos todos nosotros para oponer a la infamia, a la insidia y a la traici贸n de sus voluntades nuestros pechos y nuestras voluntades. Hemos ofrecido la paz. No la han querido. Ahora, hemos de ofrecerles la lucha, y ellos saben que cuando nosotros nos decidimos a luchar, luchamos hasta el final. Que cada uno de ustedes recuerde que ahora la palabra es la lucha, se la vamos a hacer en todas partes y en todo lugar. Y tambi茅n que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y aplastado.
Y ahora, compa帽eros, he de decir, por fin, que ya he de retirar la nota que he pasado, pero he de poner al pueblo una condici贸n: que as铆 como antes no me cans茅 de reclamar prudencia y de aconsejar calma y tranquilidad, ahora les digo que cada uno se prepare de la mejor manera para luchar. Tenemos para esa lucha el arma m谩s poderosa, que es la raz贸n; y tenemos tambi茅n para consolidar esa arma poderosa, la ley en nuestras manos. Hemos de imponer calma a cualquier precio, y para eso es que necesito la colaboraci贸n del pueblo. Lo ha dicho esta misma tarde el compa帽ero De Pietro: nuestra naci贸n necesita paz y tranquilidad para el trabajo, porque la econom铆a de la Naci贸n y el trabajo argentino imponen la necesidad de la paz y de la tranquilidad. Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos.
Compa帽eros: nuestra patria, para ser lo que es, ha debido ser sometida muchas veces a un sacrificio. Nosotros, por su grandeza, hemos de imponernos en cualquier acci贸n, y hemos de imponernos cualquier sacrificio para lograrlo. Veremos si con esta demostraci贸n nuestros adversarios y nuestros enemigos comprenden. Si no lo hacen, 隆pobres de ellos! Pueblo y gobierno, hemos de tomar las medidas necesarias para reprimir con la mayor energ铆a todo intento de alteraci贸n del orden. Pero yo pido al pueblo que sea 茅l tambi茅n un custodio. Si cree que lo puede hacer, que tome las medidas m谩s violentas contra los alteradores del orden.
Este es el 煤ltimo llamamiento y la 煤ltima advertencia que hacemos a los enemigos del pueblo. Despu茅s de hoy, han de venir acciones y no palabras. Compa帽eros: para terminar quiero recordar a cada uno de ustedes que hoy comienza para todos nosotros una nueva vigilia en armas. Cada uno de nosotros debe considerar que la causa del pueblo est谩 sobre nuestros hombros, y ofrecer todos los d铆as, en todos los actos, la decisi贸n necesaria para salvar esa causa del pueblo.
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