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VILLA ELISA
26-06-2013
Radicales!
Desde 1853 en adelante, con la Organización Nacional se fue delineando un esquema de desarrollo argentino en el cual nosotros nos insertábamos en la División Internacional del Trabajo como netos productores de materias primas, haciéndonos profesionales en esto. Muy hondo calaron en este suelo los postulados del economista británico David Ricardo quien afirmaba que unos pocos países debían ser industriales y los demás serían productores profesionales de determinada materia prima en particular. Las clases acomodadas pronto se dispusieron a insertarse en este esquema, los enormes latifundios de escaso valor comercial se subdividieron formándose estancias más pequeñas y con una ganadería más profesional o directamente fueron loteados y siendo puestos al público en subastas y vendidos en efectivo a inmigrantes ávidos de la tierra que la lejana Europa le retaceaba. La Colonización era una realidad palpable, no ya una utopía de Rivadavia y otros liberales. En solo una generación nuestro país se convirtió en potencia mundial, el analfabetismo se erradico con rapidez, y el inmenso territorio se pobló con decenas de niños inmigrantes que cambiaron para siempre a la Argentina criolla y gaucha para convertirla en una potencia moderna y europeísta. Las familias que desde la época colonial gobernaron el país pero pronto empezarían a perder el poder en manos de esa nueva población, los inmigrantes quienes (como no podía ser de otra manera) se involucraron en la vida política del país, encargándose de levantar escuelas, puentes, arreglar caminos. Todo eso en el marco de la libre asociación que nuestras leyes les permitían! Paulatinamente nuestros “gringos” presos de sus coyunturas y las necesidades de su ámbito empezaron a despegarse de la mancera del arado y se involucraron en la “cosa pública”. Pero ahí surge un problema: nuestra región en particular no tenía partidos políticos, sólo existía una red de caudillos y “doctores” que ejercía la preeminencia entre sus co-poblanos, quienes a su vez se ligaban a otros caudillos en curiosas uniones de negocios y/o familia. Esta forma de hacer política se dirimía en clubes sociales y en los periódicos (el brazo mediático de ese poder político económico). Sólo podían pertenecer a esa clase las ilustres familias criollas y unos pocos extranjeros destacados. Los inmigrantes, colonos y chacareros no tenían lugar en la misma. Entre Ríos desde 1870 estaba subyugada a la clase política porteña, ya no existía el Partido Federal, las facciones jordanistas estaban a la deriva por ende una inmensa masa de inmigrantes, jornaleros, y nuevos hijos del país estaban huérfanos de una síntesis electoral que los incluya. Es recién en 1891 que se funda la UCR pero no será sino hasta el 1914 que los radicales logran ganar una elección y echar raíces en la política provincial. Lentamente los hijos de Villa Elisa y sus colonias se incorporan a la política de la mano de este partido, y es así como los Moix, los Kuttel, los Portenier, los Gastal empiezan a descollar en la conducción radical. Muchas familias colonas elisenses darán hijos gobernantes como José Moix o su hijo David que represento a este departamento como Legislador Provincial y así en forma gradual cambiará para siempre el esquema político de esta región, ya no serán los Mabragaña, los Lazcano, los Sanguinetti, los Vázquez, los Urquiza y otras tantas familias aristocráticas las que gobiernen sino decenas de nuevos argentinos de sangre inmigrantes quienes encontraron en el Radicalismo el espacio propicio en el cual sus voces sean escuchadas.
Por David Pascal Rougier