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A.L.C.E.C.
19-11-2008
NOVIEMBRE, MES DE CONCIENTIZACION SOBRE CANCER DE PIEL
Entre todos los cánceres, los de la piel son muy frecuentes. Este manto protector tiene una capa superficial llamada epidermis que apoya sobre otra más profunda, la dermis. La epidermis está formada por células que se renuevan constantemente a partir de la división de otras del estrato más profundo o basal, al punto tal que las que nacieron en profundidad, en sólo un mes se descaman en la superficie. Estas células llamadas queratinocitos forman una capa impermeable superficial que impide la evaporación de las que están por debajo y protege de la invasión de gérmenes al organismo.
Entre las células mas profundas, es decir aquellas que se reproducen, se encuentran otras llamadas melanocitos, productoras de melanina, pigmento responsable del color de la piel, que filtra los rayos ultravioletas del sol. Todos, a excepción de los que padecen albinismo, poseemos melanocitos distribuidos uniformemente en la piel, pero su cantidad varÃa. Las personas de piel blanca son las que tienen menor cantidad, y son las más susceptibles a las radiaciones solares. Estos melanocitos pueden multiplicarse en agregados densos formando manchas y lunares o nevos.
Cualquiera de estas células puede dar origen a un cáncer de piel, con caracterÃsticas especiales para cada uno de ellos, denominándose epiteliomas o carcinomas basocelulares, epiteliomas o carcinomas escamosos o espinocelulares y melanomas.
La particularidad de los epiteliomas es que aparecen en personas de piel blanca dañada por el sol, como pequeñas elevaciones que no cambian su color o tienen un tinte rosado o rojizo y son de crecimiento lento invadiendo los tejidos circundantes. Se presentan sobre todo en cara, cuello y orejas, pero también pueden ubicarse en tronco y extremidades. La superficie de la lesión es brillante, perlada, se ulcera y no cicatriza, y aunque invaden los tejidos vecinos no producen metástasis a distancia. Le siguen en frecuencia los carcinomas o epiteliomas espinocelulares, que se encuentran también en cara, orejas, cuero cabelludo, labios. En general desde su inicio son mas grandes que los anteriores, aparecen como verrugas cubiertas de costras o escamas, sangran con facilidad al roce e invaden lentamente los tejidos vecinos, pero son más agresivos porque pueden dar metástasis en los ganglios de la región.
De las células que producen el pigmento nacen los melanomas cuyas caracterÃsticas clÃnicas y evolución biológica son totalmente diferentes a los epiteliomas, ya que estos tumores se propagan a través de los vasos linfáticos o sanguÃneos a ganglios u otros órganos a distancia (metástasis).
Los melanomas pueden originarse en melanocitos de la piel normal, en zonas vecinas a un lunar o sobre un lunar preexistente. Existen factores que aumentan el riesgo de padecer un melanoma como son aquellas personas con piel muy blanca que expuestas al sol se enrojecen pero no se broncean, las que tienen un gran número de lunares y las que registran antecedentes de melanoma en familiares directos. Pero el factor conocido y prevenible mas importante es la exposición solar repetida y desde la infancia, sobre todo si ocurren quemaduras importantes y reiteradas.
¿Cómo reconocemos un melanoma? Cuando existen cambios en el tamaño y la forma de una mancha o lunar, cuando se modifican sus bordes y se hacen irregulares, cuando presenta coloración de diferentes tonos: pardo, negro, azul y rojo, cuando la superficie es irregular, sangra o se descama.
Los epiteliomas se curan con la simple extirpación quirúrgica, por eso es importante la consulta temprana, cuando tienen pequeño tamaño, porque facilitará su remoción y cicatrización.
La cirugÃa y el pronóstico de los melanomas dependerán de su ubicación, del tamaño y altura de la lesión, del grado de profundidad que alcance en la dermis, de la presencia o no de metástasis al momento de descubrirlo.