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INFORMACIÓN GENERAL
18-05-2008

SE CUMPLEN 10 AÑOS DEL SUICIDIO DEL EMPRESARIO ALFREDO YABRÁN

(Villa Elisa al Dia)

El 20 de mayo se cumplirán 10 años del suicidio que causó sorpresa y conmoción en todo el país. Ese día, alrededor de las 14.30 y con un sol radiante que sólo hacía pensar en una jornada de paseo al aire libre, Alfredo Yabrán se quitaba la vida en su estancia San Ignacio, acosado por la persecución a la que se lo había sometido, acusado de ser el instigador del crimen del fotógrafo José Luis Cabeza, asesinado en Pinamar el 25 de enero de 1997.
Pese a las minuciosas tareas periciales de aquel momento y los trabajos efectuados por los forenses que practicaron la autopsia del cuerpo de Yabrán, fueron muchas las voces que se alzaron para manifestar la incredulidad sobre lo ocurrido.
El poder con que el empresario telepostal se codeó, tanto a nivel nacional como internacional, y la fortuna que tenía, hacían presumir que se trataba de algo preparado para salir de escena y de esta manera escapar. La frase “en la Argentina todo es posible”, haciendo alusión a falsificación de pruebas o estudios de ADN, no faltaban en cada reunión de trabajo, entre amigos o en un encuentro familiar y las dudas sobre la validez de lo actuado por parte de las autoridades y peritos estaba vigente.
No obstante esto, el trabajo minucioso ordenado por la entonces jueza de Instrucción de Gualeguaychú, Graciela Pross Laporte, confirmaban la identidad de la víctima.
El hecho movilizó a toda la prensa nacional e internacional. Numerosos medios radiales, escritos y televisivos se acercaron a San Ignacio y desde un primer momento se trató de conseguir la foto del empresario muerto, ofreciéndose cifras que dejaban helada la sangre. Sólo la coherencia y profesionalidad de quienes tuvieron la investigación del caso, impidieron que se armara un circo mediático.
A 10 años, surgen todavía dudas en algunos sectores de la sociedad, pero quienes tuvieron relación con la causa sostienen que se trabajó muy bien y no se justifican esas dudas al respecto.

El principio del fin
Tras la orden de detención de Yabrán, dictada por el juez de Dolores, José Luis Macchi, luego de las declaraciones de Silvia Belawsky, ex esposa de Gustavo Prellezo, la búsqueda se inició en todo el país y Entre Ríos fue uno de los principales puntos. Con exhortos librados al Juzgado de Instrucción de Gualeguaychú, a cargo de la jueza Graciela Pross Laporte, se realizaron unos nueve allanamientos en esa ciudad y Larroque, sin lograr los resultados esperados.
Mientras esto ocurría, en el Departamento Uruguay se comenzaban a vigilar propiedades del empresario, como la estancia La María Luisa, en cercanías de Colonia Elía.
Ya en horas de la noche del domingo 17, la Policía recibió la orden del Juzgado de Concepción del Uruguay, a cargo de la jueza María Cristina Calveyra, procediendo al allanamiento de la estancia La Selmira, distante a 25 kilómetros al sur de Colonia Elía, donde se encontraron indicios de que el empresario pudo estar allí. Esto se registraba mientras en las fronteras se mantenía también la vigilancia por parte de Gendarmería. Si bien todo se manejaba en el más estricto silencio, se podía percibir que algo estaba pasando y se esperaban nuevas medidas judiciales. El rumor de que Yabrán estaba en la zona era cada vez más firme hasta que el martes se confirmó que la estancia San Ignacio, ubicada en las cercanías de arroyo Gená, en el límite entre los departamentos Gualeguaychú y Uruguay, era propiedad de la firma Yabito SA, perteneciente al prófugo.
A partir de ese momento se comenzó a planear un operativo conjunto entre las Jefaturas de ambos departamentos, el cual se concretaría el miércoles 20.

Un final inesperado
La coordinación de movimientos se preparó la noche anterior y todo se dispuso para arrancar el operativo en forma sorpresiva. El primer obstáculo lo representó el hecho de que la estancia estaba en el Departamento Gualeguaychú, por lo que se informó de la situación a la jueza Pross Laporte, quien libró la orden definitiva. Hasta el más mínimo detalle estaba programado: desde la llegada de los móviles hasta la del helicóptero para el caso de que algo malo sucediera.
En horas de la mañana del miércoles unos 10 móviles policiales, con alrededor de 70 efectivos, se concentraron en el acceso a Villa Mantero, sobre la ruta provincial 39, desde donde partieron rumbo a la estancia.
Participaba personal de ambas departamentales, a cargo de los entonces jefes, comisarios mayores, Hernán Degregoullier y Ramón Alloatti. La comitiva transitó los 30 kilómetros hasta llegar a la estancia de 2.850 hectáreas y encontrar la casa del puestero, donde se detuvo el paso de la prensa. A partir de ese momento, sólo los uniformados pudieron continuar el camino de 4.000 metros que los separaba del casco principal, lo que dio comienzo a las sospechas periodísticas.
Pasadas las 14.30 se vio arribar el helicóptero policial y un auto particular en el que viajaba la jueza Pross Laporte, quien ordenó cerrar terminantemente el paso en la tranquera de acceso, donde aguardaban impacientes los periodistas que hicieron guardia desde muy temprano. A esto se sumaba el rumor periodístico que llegaba desde Buenos Aires sobre el suicidio de Yabrán, lo que ya había trascendido inexplicablemente a los medios capitalinos.
La muerte del empresario fue confirmada momentos más tarde y salieron a la luz algunos detalles, como que el cuerpo fue hallado en el baño, con un disparo de escopeta 12,70 en la boca. Luego se supo que en el lugar se habían encontrado cartas manuscritas dirigidas a la familia, donde decía que no quería someterse a una Justicia en la que no creía y acusaba a miembros del poder político.
El lujoso casco de la estancia, rodeado de árboles, un parque cubierto de césped y varias palmeras fue perimetrado para evitar que alguien intentara ingresar, pudiéndose observar rostros de preocupación y nerviosismo. Con el correr de los minutos llegaron a la casa los peritos de Criminalística, abogados y hermanos del malogrado empresario. Luego de los trabajos de levantamiento de pistas y elementos vitales para el esclarecimiento o confirmación del suceso y confirmado que se trataba de Yabrán, el cuerpo fue trasladado para la autopsia en una unidad de bomberos de Concepción del Uruguay, cubierto en una bolsa roja. Muchos medios intentaron adelantarse pensando que la autopsia sería practicada en Concepción, pero la jueza a cargo cambió el lugar y finalmente se concretó el la ciudad del sur entrerriano, bajo las más estrictas medidas de seguridad.

Un testimonio
Muchos son los dichos sobre el suceso y varios los testimonios que podrían surgir, pero la mayoría prefiere el silencio. Pese a esto, alguien que estuvo en el lugar contó pequeños detalles que podrían ser anecdóticos. Un funcionario señaló a UNO que ese día, al llegar a la estancia, el encargado negó la presencia de Yabrán, pero se encontraron tres vasos con un aperitivo y picada en un comedor. Lo extraño era que el encargado dijo que estaban solos con su esposa, por lo que las sospechas se incrementaron. También se observaron prendas de vestir de calidad y talles mayores a los usados por los empleados, así como dos hogares encendidos para calefaccionar una casa supuestamente vacía.
“Cuando intentamos abrir una puerta fue que se escuchó el disparo y fue ahí cuando el encargado gritó: ‘¿¡Alfredo qué hiciste!?’ Cuando entramos lo encontramos ya muerto”, dijo el policía.

Aunque cueste creerlo
P.B.
La mente humana es muy extraña y para nada fácil de interpretar. Yabrán fue un hombre que llegó a tener un gran poder económico y se vio relacionado al poder político del momento. Repentinamente se vio involucrado en un hecho que le costó la vida a José Luis Cabezas y a partir de allí, todo cambió. Poco a poco fue quedando solo y se vio acorralado. Seguramente su final no será el que ni él ni su familia imaginaban, pero sobre todo, jamás será entendido por quienes tienen esa duda que será muy difícil de revertir.

Mucho interés
Otro punto llamativo del suceso fue el gran interés de medios de prensa en adquirir una foto del cadáver. Desde que se informara sobre la muerte de Yabrán, numerosos llamados comenzaron a llegar desde los medios capitalinos ofreciendo sumas de dinero insospechadas. Desde 25.000 dólares, hasta sumas cercanas al millón de pesos. Diarios y revistas llegaron a Concepción del Uruguay y desde allí se dirigieron hasta Gualeguaychú, pero no obtuvieron lo que buscaban. Todo el trabajo pericial se realizó con controles estrictos para evitar que se filtrara algo y se logró el objetivo.

Diálogo con el forense Antonio Occhi
“Nadie cuestionó nuestra labor”
Otra persona que estuvo en esa oportunidad fue el médico forense Antonio Occhi de La Histórica, quien realizó la autopsia acompañando al presidente del cuerpo de Forenses de Entre Ríos, Jorge Miguez Iñarre y el forense de Gualeguaychú Oscar Chiapetti.
“Inmediatamente de sucedido el incidente comenzaron a sonar los teléfonos. Estuvimos en contacto permanente con el doctor Chiapetti, ya que en primer momento la autopsia sería en Uruguay, pero luego se dispuso que fuera en Gualeguaychú. Fue allí que le sugerí hacer una tomografía computada, creo una de las primeras hechas en el país a un cadáver, con lo que se dejó documentado el estado de las lesiones. La autopsia comenzó a las 23 y terminamos a últimas horas de la madrugada. Se corroboró lo que había sucedido, el estallido del cráneo sin lesiones en las partes blandas. Es un caso muy frecuente y para nada complicado”, señaló el médico.
Durante la autopsia se observaron señas particulares para establecer verdaderamente la identidad, al tiempo que se tomaron muestras para ADN, asegurando que esto permitió confirmarla. “Las facciones no estaban deformadas totalmente y su aspecto general era normal. Todo permitió asegurar el informe, a lo que se sumó la toma de huellas digitales. Esta autopsia, por la víctima, fue la más importante, pero una más en sus características. Las consecuencias de la intervención tuvieron connotación durante varios días, pero pasó”, destacó.
Respecto a la incredulidad de la gente, dijo que se escuchaba el mismo razonamiento, que no se entendía lo que hizo teniendo tanto dinero, destacando que lo que pasó no pasó por el dinero. “La gran satisfacción en los tres forenses que trabajamos en este caso fue que nadie salió a criticar lo realizado y eso es una satisfacción personal”, finalizó.

• sus palabras
• “Soy un simple cartero.”
• “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente.”
• “Poder es impunidad.”

A la caza de su rostro
El empresario postal se había mantenido en el anonimato durante años. Pero todo terminó el 23 de agosto de 1995, cuando el ex ministro de Economía Domingo Cavallo lo responsabilizó ante el Congreso de ser “jefe de una mafia enquistada en el poder”.
La denuncia pública se canceló sigilosamente tres años después, cuando Cavallo firmó un acta-acuerdo con la familia Yabrán en la que le pedía disculpas por haberlo acusado de mafioso.
Luego de esa acusación, la imagen de Yabrán era el objetivo más codiciado de distintos medios. Y fue José Luis Cabezas quien capturó a Yabrán junto a su esposa caminando por la playa en Pinamar.
La foto ilustró la tapa del 3 de marzo de 1996 de la revista Noticias, fue la primera que hizo público el rostro del enigmático empresario. Cabezas fue asesinado en la misma ciudad balnearia el 25 de enero del año siguiente.
Por Pablo Bianchi

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