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VILLA ELISA
28-04-2008
LA DENUNCIA POR MALA PRAXIS QUE INICIÓ LA FAMILIA DE LA CHICA PERALTA RECIÉN INGRESÓ A LOS TRIBUNALES DE PARANÁ
En Tribunales de Paraná, comenzó a tomar cuerpo la instrucción de una causa originada en una denuncia por una supuesta mala praxis que le cambió la vida a una chica de 18 años oriunda de nuestra ciudad de apellido Peralta. Según consta en la denuncia realizada en Tribunales de Paraná, la joven, que estudiaba Arquitectura en Santa Fe y es hija única, concurrió a una consulta ginecológica en Crespo por un supuesto quiste y el profesional que la atendió le extirpó el único riñón que tenía de nacimiento.
Según explicó Hernán García Guiffre, abogado de la chica, “la situación encuadraría en una mala praxis porque se debieron realizar estudios médicos que estaban al alcance del profesional responsable y era factible hacer” pero no se encararon. En ese sentido, enumeró: “Había dos alternativas que no generaban riesgos en la paciente, que consistían en efectuar una tomografía o una biopsia”, y evaluó que la gravedad del acto “estaría en la extracción del supuesto tumor que en realidad era el riñón”.
Según informes médicos que fueron agregados a la causa que se instruyó en el Juzgado a cargo de la jueza Elisa Zilli, la chica tenía un único riñón desde su nacimiento, aunque sobre esta circunstancia el letrado señaló que no era un impedimento para que la chica tuviese “una vida normal, que se vio totalmente cambiada por esta situación”. En ese sentido la paciente debió dejar la facultad, debe someterse a sesiones de diálisis día por medio durante cuatro horas; y según señaló el profesional la vida de su representada se vio trastocada en situaciones de la vida cotidiana tales “como tomar mate, consumir gaseosa, salir a bailar y practicar deportes”. Además, García Guiffre señaló que su representada debe someterse a una dieta estricta cuyo costo es muy oneroso al igual que las sesiones de diálisis y los accesorios tales como parches, remedios y anestesias. Esto se ve agravado por la difícil situación económica que atraviesan los padres de la damnificada, cuya mamá es ama de casa y el papá cuentapropista.
Según se pudo establecer, la chica acudió a la consulta el 10 de julio del año pasado; en esa oportunidad el profesional habría admitido que se trataba de un cuadro complejo pero que no requería una inmediata intervención. No obstante se programó la operación para tres días después, seguramente aprovechando el receso invernal de la paciente que estudiaba Arquitectura.
Luego de la intervención quirúrgica, el profesional le habría dicho a los padres que no se trataba de un tumor, y en la denuncia en Tribunales el padre sostuvo que el ginecólogo les dijo que “no era un tumor o quiste, pero sí le sacamos una cosa que no se sabe qué diablos es; parece tejido renal pero sin función”, sin advertir que le había extirpado el riñón.
Respecto a la situación, García Guiffre opinó. “No hay atenuantes que disminuyan la responsabilidad del profesional, porque la intervención no era urgente y en caso de existir dudas podían realizarse los estudios correspondiente y volver a operarla si era necesario”. La chica está ahora en lista de espera en el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implantes (Incucai) para recibir un transplante.
En ese sentido, el letrado evaluó que la falta del riñón “es incompatible con la vida y si bien la diálisis trata de suplantarlo, nunca es tan eficiente como el órgano natural que elimina todos los residuos orgánicos”, para finalizar asegurando: “Mi representada no va a volver a tener la vida normal que llevaba”.
Fuente Uno