NUEVA ZELANDA - EN LA MADRUGADA DEL DOMINGO (4:30)
08-10-2011

LOS PUMAS Y LA POSIBILIDAD DE DAR EL GRAN GOLPE DEL DEPORTE ARGENTINO

(Villa Elisa al Dia)

El partido ante Nueva Zelanda será una oportunidad única de izar la bandera del rugby nacional a su punto máximo en la historia. Aunque será más que complicado, los dirigidos por Phelan confían en hacer el partido de sus vidas y eliminar a los All Blacks del Mundial en su propia tierra.
Los campeonatos del mundo en fútbol, los cinco títulos de Juan Manuel Fangio en la Fórmula 1, los 16 torneos ganados por Guillermo Vilas en 1977, Gastón Gaudio y su increíble Roland Garros, el Abierto Británico logrado por Roberto De Vicenzo en el 67’, las luces olímpicas de Delfo Cabrera y Juan Carlos Zabala en atletismo, los puños de Pascual Pérez, Carlos Monzón y Omar Narváez, el oro del básquet en Atenas 2004. Gloria, pura gloria que enalteció al deporte argentino y lo llevó a la cresta de la ola.
El rugby también tuvo su enorme momento en el Mundial de Francia 2007, donde Los Pumas cosecharon su mística en el estado más puro y se subieron al podio, regando de orgullo a un país que se escudó en ellos para olvidar las amarguras del fútbol, el deporte más popular en la Argentina. Mañana expedirán una nueva cruzada, una nueva guerra en campo enemigo. Porque siempre, en esos cruces de los que salieron airosos, fueron visitantes, más allá de que en las gradas, los gritos de los fanáticos, no hagan sentir lo mismo.

Fueron Francia, Inglaterra, Gales, Irlanda, Escocia, potencias del primer mundo del rugby. No pudieron con Sudáfrica, resta un cruce con Asutralia y mañana van por su paso más glorioso de toda su historia. En el Eden Park librarán su batalla más preciada ante los All Blacks, esa enciclopedia del rugby que, con el haka de por medio, cautivó a miles de fanáticos de otro deporte como un imán. Y ahora, en su tierra, buscarán un campeonato del mundo que le es esquivo desde 1987, la única vez que lo consiguieron pese a su rica historia.

Allí van Los Pumas, recorriendo los últimos pasos antes de enfrentarse a la gran potencia: en su casa, con todas las de perder y ese aire de epopeya que los rodea a cada centímetro. Saben que están frente a la oportunidad más grande de sus vidas. Para muchos, puede ser la última vez dentro de un campo de rugby, por eso, la llama de su fuego interno está más elevada que nunca. Es “el” partido, la batalla que siempre soñaron ganarán. Ahí la tienen, delante de sus narices, y por ella van, para dar uno de los golpes más importantes en la historia del deporte argentino.
(INFOBAE)