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PARANÃ
27-06-2008
CRUDOS RELATOS DE TESTIGOS HACEN REVIVIR LA TRAGEDIA DE SAN BENITO
Relatos de mucha intensidad emocional trajeron ayer a la sala y en una dimensión real y concreta la tragedia ocurrida en San Benito el 19 de mayo de 2007, cuando un incendio intencional se cobró la vida de un niño de 4 años que murió carbonizado y su mamá y dos hermanitos sufrieron graves quemaduras. El tribunal de la Sala II en lo Criminal de Paraná escuchó a los cinco testigos que declararon ayer señalar a José Luis Cote Freccero –que comparece imputado por el delito de Homicidio calificado y Tentativa de homicidio calificado– como la persona que aquella noche atacó la casa de Fabián Yanes, de 26 años, ubicada en calle Tibiletti, entre Buenos Aires y Capital Federal, cuando aquel, su esposa Carla Leiva de 25 años y sus tres hijos Fabián AgustÃn, Daniela y Diego Yanes de 4, 5 y 2 años respectivamente sufrieron graves quemaduras. Como consecuencia del ataque Fabián AgustÃn murió carbonizado y sus hermanitos tienen lesiones irreversibles.
Los relatos de Romina Leiva, Juan Ramón Bustos –a pesar de tener diferente apellido son hermanos de la madre del chico fallecido– y Orlando Arrúa pusieron en una dimensión difÃcil de soportar, por lo crudo de sus dichos, lo trágico del incidente. Los tres rompieron en llanto cuando, cada uno desde su participación en el hecho, recordaron al niño fallecido. También declararon como testigos Fabián Yanes y MatÃas Arrúa, hijo de Orlando, quien con su padre y dos hermanos acudieron a la casa cuando era consumida por las llamas.
Indiferencia
Orlando y MatÃas Arrúa relataron que en la noche del hecho, entre las 23.30 y las 24, estaban en su casa, que está ubicada a unos 200 metros de la precaria vivienda de Yanes, cuando escucharon ladrar a sus tres perros. MatÃas salió a cerciorarse del motivo de la inquietud de los animales y vio que una casa ardÃa. Entró, avisó a sus familiares y salieron hacia el lugar. Cuando llegaron, el padre recordó que pudieron ver “a dos chicos totalmente quemados y una señora con la ropa desgarrada, quemada que gritaba que habÃa un chico adentroâ€; mientras que su hijo recordó: “Llegamos y veo a una señora toda quemada y a dos nenes quemados corriendo para todos lados, gritando por un hermanito que estaba adentroâ€.
Ambos señalaron que “afuera (de la casa en llamas) estaba la mamá y los chicos, calle por medio estaban los vecinos parados mirando, a los que les tenÃamos que rogar para que nos facilitaran un balde de aguaâ€. Por último el vecino más cercano les proporcionó una manguera que resultó insuficiente para combatir las llamas.
Testimonios contundentes
Los testimonios que se escucharon ayer refutaron los dichos de Freccero en varios puntos. AsÃ, Arrúa respondió seguro cuando le preguntaron si Freccero presentaba signos de ingesta alcohólica: “No, no, y conozco de estados de intoxicación alcohólica, es más, cuando le pidieron que se cambie las zapatillas se agachó perfectamenteâ€, y agregó para despejar dudas: “De eso, olvÃdeseâ€.
Por su parte, Bustos y Leiva, hermanos de Carla y cuñados de Freccero, sostuvieron que a pesar de que este bebÃa mucho no perdÃa el control de sus acciones, si bien se tornaba agresivo. Además aseguraron que nunca lo vieron tomar pastillas; en este punto fue contundente el testimonio de Bustos, puesto que hacÃa dos meses que vivÃa en la casa del imputado.
Tal vez el testimonio más desgarrador fue el de Romina Leiva, quien rompió en llanto al recordar las circunstancias de la muerte del niño y el estado en que quedaron su hermana y dos sobrinos. La mujer relató que en la familia todos sabÃan de las amenazas de Freccero hacia Yanes, aunque, en coincidencia con su hermano, sostuvo que nadie creÃa que las iba a llevar a cabo.
Leiva aseguró que Freccero era violento puesto que vio a su hermana golpeada, y desvirtuó la coartada de su cuñado sobre un posible estado de amnesia al sostener que “era consciente porque, a pesar de beber mucho, dos o tres dÃas después se acordaba de lo que habÃamos habladoâ€, y agregó “lo que hablábamos antes de embriagarse y durante la borracheraâ€.
Leiva relató que su hermana Vanina, concubina de Freccero, le dijo el viernes 18 de mayo “como burlándose o riéndose, que no le importaba lo que Cote hiciera con Fabián, lo que le importaba era no quedarse sola con los chicos porque le preocupaba quién les iba a dar de comerâ€, y agregó “el sábado (con el hecho consumado) me llamó para decirme ‘yo no fui, fue Cote’â€.
Por su parte, Bustos realizó un cronológico relato de los hechos previos al incidente, en el que destacó que vio salir de la casa a Freccero alrededor de la 1 después de hablar en la cama matrimonial con Vanina. Luego lo vio regresar a los 15 o 20 minutos, darse un baño breve, sentarse en la puerta de la casa con su hijo de 8 años y tomar un café. Bustos relató también que Freccero negó, cuando la PolicÃa lo fue a detener, que se apodara Cote y en todo momento negó ser autor del hecho. En ese sentido recordó: “Negaba todo, como si nada hubiera pasadoâ€, sin embargo, precisó que antes de que llegara la PolicÃa, “cuando el nene de 8 años regresó a la casa Freccero me dijo que habÃa ido a prenderle fuego a la casa de Fabiánâ€.
El tribunal –que integran Jorge Barbagelatta, Raúl Herzovich y Héctor Vilarrodona– escuchará el lunes a partir de las 9 los testimonio de numerosos testigos, entre los que se destacarán el de las hermanas Carla y Vanina Leiva y el de Roberto Borré, bombero, que realizará un informe de las pericias que hechas en la casa de Yanes.
Trágico final para una historia de violencia
El primer testimonio de ayer fue el de Fabián Yanes, padre del chico fallecido, quien afirmó que Freccero arrojó combustible en la puerta de su casa, le prendió fuego mientras ellos dormÃan y sostuvo la precaria puerta para que nadie saliera. Consultado para que explicara mejor la última situación reparó: “Supongo que alguien la tenÃa agarrada porque se escuchaban voces afueraâ€.
Yanes relató que asistió a sus hijos para que salieran de la casa en llamas y luego salió a perseguir al agresor, al que identificó en la persona de Freccero puesto que fue hasta la casa de este, donde arrojó una piedra que rompió un vidrio de una ventana y un hierro que previamente habÃa recogido en la casa de su madre, adonde se dirigió en dos ocasiones mientras las llamas consumÃan su vivienda. AllÃ, tuvo un conato de agresión con Freccero, que no pasó a mayores puesto que este salió de la casa armado con un cuchillo.
Yanes refirió los problemas que mantenÃa con Freccero y atribuyó la enemistad a cuestiones de vieja data. En ese sentido contó que trabajaron juntos como cartoneros y Freccero vendÃa el cartón y le daba “monedasâ€. Además refirió a la hipótesis del robo del caballo del imputado que se lo atribuyeron a él. También recordó que cuando Freccero era camionero los acompañó en un viaje a Corrientes.
Para agregarle a este hecho trágico una cuota de absurdo que lo torna aún más incomprensible, Arrúa padre opinó que “debe ser cierto que el papá salió a correr al agresor, si él no hubiera hecho eso hoy no estarÃamos lamentando la muerte de una criatura. HabrÃa habido tiempo para sacarlo (se quebró en sollozos), si alguien nos hubiera dicho cómo era la casa lo habrÃamos podido sacarâ€.
Fuente Uno