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PRIMEROS AÑOS, CUARTA PARTE
11-08-2007
75 AÑOS DEL COLEGIO ESTRADA
Como ya dijimos, el pueblo no superaba los mil habitantes, época de profunda recesión económica, al extremo que grandes casas de ramos generales se fundieron, debiendo cerrar sus puertas, a excepción de la Casa Portenier que se sostuvo. Inimaginable, para nosotros suponer como eran las calles de entonces, sólo se contaba para pasar de una a otra en lugares más transitados, con algunas lajas de unos 50 cm de ancho. Se luchaba contra el “sexto elementoâ€, el barro, como lo atestigua una alumna de la primera promoción: “... para cruzar para el colegio era un fango, los gurises nos quedábamos atascados, entonces papá nos llevaba, éramos chicos -luego- cuando estaba la cooperativa ‘La Vencedora’ nos compraron zapatos marca ‘Patria’, tipo botas, duros de cuero, Ãbamos asà y mamá nos daba otros para cambiarnos.â€. AparecerÃa recién en la década del cincuenta el ripio, siendo por su importancia en aquel momento la Avda. Libertad (antes SoberanÃa) la más utilizada, fue la primera que lo tuvo, por el tránsito ya sea comercial o de pasajeros, que se canalizaba por medio de la estación del ferrocarril.
Mientras estuvo al frente la Madre MarÃa Gabriela, era costumbre otorgar premios de “Honor†para el mejor de cada grado, consistÃa en una medalla dorada “Al Mérito†con una cinta, los otros se otorgaban según la materia en que se distinguÃan, al primero una dorada y al 2do. una plateada, con un alfilercito de gancho prendÃa cada padre o madre encargado de entregársela. Los actos se realizaban en el patio del colegio, luego también en el CÃrculo de Obreros. “Me parece ver a la Madre Gabriela, subida a una silla arreglando el escenario con flores, con cintas, ¡hermoso!.â€. Todos los grados presentaban numeritos.
Con buen tino, no sabemos si por orden de la Congregación, se inculcaba el espÃritu misionero y el amor al prójimo, que se concretaba en la práctica por medio de la colaboración a las “Misiones†destacadas en Ãfrica. Con este fin, se juntaban estampillas, y con una limosna de “$ 3†podÃan ser padrinos de un negrito y elegirle el nombre. Muchos se sumaron a esta cruzada solidaria que se continuó efectuando periódicamente, para luego perderse.
Villa Elisa al DÃa