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OBRA DE LA CONGREGACIÓN
30-07-2007
75 AÑOS DEL COLEGIO ESTRADA
Paulatinamente, la obra de la congregación se fue extendiendo a otros paÃses del mundo. Sudáfrica, Europa, América- , propagando los ideales de Ana MarÃa Martel.
A la Argentina llegaron el 22 de mayo de 1888, luego de permanecer algunos dÃas en la capital, se dirigieron a la localidad de Pigüé, próspera colonia francesa situada al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, constituyendo la primera fundación. Años después, se asientan en Entre RÃos realizando la segunda (1891), con el Colegio Niño Jesús en San José, Dpto. Colón. De igual forma, en la provincia tienen participación en otros colegios en las localidades de San Justo, Crespo y Villa Elisa y una misión en Villa MarÃa. Cabe acotar que en nuestra provincia hasta al menos finalizar la década de 1960, mantenÃa esta hermandad el puesto de vanguardia en el orden vocacional, decenas de jóvenes ingresaron a sus instituciones.
Siendo fieles al carisma “Despertar y Profundizar la Feâ€, -servicio a los hermanos, promoción social, atención a los enfermos, preferencia por los pobres, educación, catequesis-, fue en el norte de la provincia de Santa Fe, en las localidades de Villa Guillermina, Villa Ana, Colonia Dolores y otras, donde el protagonismo de las Hermanas del Niño Jesús, con el asentamiento de CASAS (comunidades de Hnas. misiones que trabajaban junto a la gente) que aún hoy subsisten, tuvo un destacado accionar en defensa de los pobres, por la indiscriminada explotación que realizaba la empresa de capitales ingleses con acciones en Nueva York ,“Argentine Quebracho Company†conocida luego como “La Forestal S.A.â€. Ésta se dedicaba a la tala de árboles -quebracho colorado- que habÃa miles de hectáreas en esa región, luego le extraÃan “taninoâ€, sustancia vegetal que se utilizaba para curtir cueros y para la fabricación de tintas. La extrema pobreza de esa zona iba acompañada con altos Ãndices de analfabetismo -en su gran mayorÃa indÃgenas-, les pagaban por medio de una libreta -conchabos-, o con moneda propia de la compañÃa que los obreros estaban obligados a comprar en los almacenes de ramos generales cuyos propietarios asimismo pertenecÃan a la corporación, en la práctica era un trueque de alimentos por trabajo donde eran embaucados. Igualmente respondÃan a la patronal los servicios de policÃa provincial, policÃa particular y la llamada “gendarmerÃa volante†entre otros. En situaciones de reclamo eran reprimidos brutalmente sin contemplaciones. Ante semejante abuso, las hermanas intervinieron ayudando de múltiples maneras. Les enseñaban a leer y escribir, a conocer el dinero para que no los pudieran seguir estafando, pero por sobre todo, fue “La Evangelizaciónâ€. Los problemas de salud del mismo modo eran muy acentuados: tuberculosis, sÃfilis mataban cotidianamente y también, por las condiciones inhumanas de trabajo, asfixia por el aserrÃn o mordeduras de vÃboras venenosas. En parte las monjas aliviaron el calamitoso estado sanitario, con la provisión de medicamentos que adquirÃan en Buenos Aires, vendiendo ellas personalmente los productos artesanales de los lugares afectados. “La OligarquÃa, aliada al capital extranjero, consolida el orden social a través de la represión sistematizadaâ€... eso ocurrió desgraciadamente en nuestro paÃs a finales del siglo XIX y primeras décadas del siguiente. Ante la intervención de la religiosas, muchas de éstas fueron trasladadas o perseguidas, tal es el caso de la Hna. Eulalia Gras -oriunda de la colonia Tres de febrero- que por no callarse y confrontar con los poderosos tuvo serios inconvenientes. Otras que se destacaron y cumplieron una envidiable labor fueron las devotas Hermanas Raquel, Verónica y Ana Carolina que vive actualmente en Lourdes, Santos Lugares Bs. As., tiene 86 años de edad, según nos los ha manifestado la Sra. Delúrdez Dalleves, quién mantiene estrecha relación con ellas.
Villa Elisa al DÃa