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COLONIA SANTA ROSA
12-10-2011
HACE 141 AÑOS A 35 KM DE VILLA ELISA SE PRODUJO LA BATALLA DE "SANTA ROSA"
EL AUTOR DEL "MARTIN FIERRO" PARTICIPÓ COMO SOLDADO JORDANISTA.
BATALLA DE SANTA ROSA-12 DE OCTUBRE DE 1870
Rebelión de López Jordán
Hoy 12 de octubre de 2011, se cumplen 141 años de “la batalla de Santa Rosa”, un acontecimiento ocurrido a solo 35 kilómetros de Villa Elisa, como consecuencia del asesinato de Justo José de Urquiza seis meses antes en el Palacio San José.
Era presidente argentino, Domingo Faustino Sarmiento, quien en febrero de ese mismo año visito a Urquiza en el Palacio, y ante la situación, determinó la intervención de la provincia, lo que provocó la revolución de Ricardo López Jordán, que asumió como gobernador, ya que era Vice de Urquiza.
El primer combate que enfrento a las tropas Jordanistas con el ejército nacional, se efectuó en campos aledaños a la ruta 130, en dirección oeste, y se concluyó que la batalla dejo un saldo de entre 500 y 2000 muertos, de acuerdo a los partes de cada bando. Una cruz de madera de gran altura, permaneció por muchos años en el lugar donde se realizo una fosa común, hasta que desapareció.
Uno de los soldados presentes en la batalla, que perteneció al bando de López Jordán, fue quien a posteriori, resulto creador de la obra clásica de la literatura Argentina “El Martin Fierro” nada menos que José Hernandez.
Las fotos muestran el lugar del acontecimiento, al costado sur oeste de la ruta 130, el cual carece de toda referencia histórica, y que solo a sido rescatado por la memoria de los viejos pobladores del lugar, que aun hoy siguen encontrando vestigios de esa batalla.
La historia de la batalla:
En Entre Ríos, el general Urquiza sostuvo su alianza con el gobierno nacional a lo largo de toda la década de 1870, y aportó tropas reclutadas a la fuerza a la impopular Guerra del Paraguay. El 11 de abril de 1870, poco después del final de la Guerra del Paraguay, el general Ricardo López Jordán se lanzó a una revolución contra Urquiza, de la que resultó la muerte del ex presidente y la elección del jefe revolucionario como gobernador. El presidente Domingo Faustino Sarmiento reaccionó enérgicamente y declaró la guerra al caudillo federal. A continuación, gran cantidad de tropas veteranas del Paraguay invadieron Entre Ríos, ocupando rápidamente las ciudades y las zonas aledañas.
López Jordán contaba con más de 10.000 soldados, pero no podía enfrentar al superior armamento del Ejército nacional. Se refugió en el interior de la provincia, valido de la superioridad de sus caballos, pero con el paso del tiempo se vio obligado a aceptar combates francos con los nacionales. Fue vencido en octubre en la Batalla de Santa Rosa, perdiendo progresivamente el control de la provincia. Por ello abrió un nuevo frente, invadiendo Corrientes, donde contaba con la simpatía de los federales expulsados tres años antes, pero el 26 de enero de 1871 fue completamente derrotado por el gobernador correntino Santiago Baibiene en la Batalla de Ñaembé. A fines de febrero, López Jordán huía al Brasil.
El desplazamiento sistemático de los federales causó el regreso de López Jordán, que se produjo en mayo de 1873. En poco más de una semana contaba con un ejército de casi 16.000 hombres, que incluía gran cantidad de infantería y artillería. El ministro de Guerra, coronel Martín de Gainza, fue nombrado jefe de las fuerzas de intervención, organizadas en tres divisiones al mando del general Julio de Vedia y de los coroneles Luis María Campos y Juan Ayala. Durante seis meses la provincia volvió a estar dividida entre federales, que controlaban el interior, y nacionales, que controlaban las costas de los ríos. Las fuerzas nacionales – en especial las mandadas por Ayala – cometieron toda clase de abusos contra la población, y los prisioneros fueron muchas veces ejecutados. El 9 de diciembre, López Jordán fue vencido en la Batalla de Don Gonzalo por los generales Gainza y Vedia. El día de navidad, López Jordán cruzaba nuevamente el río Uruguay hacia el exilio.
En 1876, López Jordán volvería a intentar insurreccionar la provincia, pero no lograría reunir más de ochocientos hombres y cayó prisionero a los pocos días. El Partido Federal estaba definitivamente vencido en toda la Argentina.
Antedecentes (Rebelíón de López Jordán)
Los 16.000 hombres con que cuenta el ejercito nacional no son suficientes para doblegar a al provincia de Entre Ríos. Las fuerzas jordanistas no pueden ser ubicadas por cuanto se mueven hábilmente en un terreno que conocen palmo a palmo y el propio López Jordán fecha sus comunicaciones desde el “Cuartel General en Marcha".
En una carta el teniente Fotheringham, el entonces coronel Roca le decía: “Si López Jordán no se quiebra el pescuezo en alguna rodada, no veo muy bien cuando ni cómo se concluirá esta campaña”, a lo que el joven oficial comenta: “No se si sería elogio a rapidez de movimiento del rebelde, o pequeña burla a nuestra lerdura” (Ignacio Fotheringham. La vida de un soldado)
Por otro lado aumenta deserción de la caballería de los nacionales mientras se incorporan al ejército jordanista. El 30 de julio de 1870, una comunicación del coronel Vidal a Gelly y Obes da cuenta de esta situación: “Ud, sabe, General que la fuerza desertora de Corrientes que es ya numerosa se presentará si López Jordán invade, que allí mismo hay un partido que es de él, que la actualidad política de la Provincia es mala, que están para romper los partidos disidentes y que si no tomamos las todas las precauciones posibles en esa Provincia pagaremos bien caro nuestra imprevisión”.
En los meses de julio, agosto y septiembre de 1870 los jordanistas tiene preponderancia en la provincia, incluida la prensa como “El independiente” de Concepción, , “La Nueva Era” de Gualeguay, “el Obrero Nacional” de Nogoyá, y “El avisador” de Gualeguaychú. Este último en su edición del 27 de agosto nos da una clara muestra de la modalidad de actuar de “la civilización”: “Por cartas venida del Paraná de fecha 9, nos avisan que el coronel Ayala, Jefe de dicha plaza, ha jurado poner en el primer cantón a la esposa e hijos del general López Jordán, para, en caso de ataque, sean las primeras víctimas”. (Ejemplar en poder de Aníbal S. Vázquez. Paraná)
Pero Sarmiento no se anda con chiquitaje, y el 16 de agosto envía al congreso un pedido de autorización para formar otro ejército de 5.000 hombres. La cámara de diputados aumenta la apuesta autorizando a crear un ejército de 20.000 hombres para agregarlo al que ya se encuentra en la provincia. El Senado rechaza el pedido por falta de fondos, pero “el loco”(Sarmiento), lejos de amilanarse, recurre a las tropas acantonadas en la frontera con los indios.
Mientras tanto López Jordán, insurrecciona Goya incorporando 800 hombres a sus filas y el 16 de septiembre con 2.000 hombres ataca y pone en completa fuga en Quebracho a las tropas nacionales. Planea insurreccionar la provincia de Santa Fe en combinación con Silvestre Hernández y Juan Pablo “mascarilla” López, cuyo movimiento se ve frustrado por la detención de ambos.
Combate de Santa Rosa
Para los primeros días de octubre de 1870 el ejército nacional de Ignacio Rivas se encontraba en las puntas del arroyo Yeruá. Gelly y Obes opera en el Departamento de Nogoyá, y para el 11 de octubre estaba en el arroyo Clé, mientras Riva llegaba hasta el arroyo Santa Rosa, afluente del Gualeguaychú, tratando de dar alcance a López Jordán.
El día 12, al cruzar el arroyo Santa Rosa, Rivas recibe aviso de parte del coronel Vidal que decía tener a su frente tres columna jordanista y que otras tres veían en dirección del flanco izquierdo del ejercito nacional, que estaba formado por una brigada de infantería al mando del coronel Ivanvosky, la segunda brigada con cuatro piezas de artillería ”prusiana” y una de montaña a las ordenes de Bernal, y regimiento formado al mando entre otros de Gamarra, Irinaco Ramírez y Luis María Campos, con cuatro piezas de artillería al mando de Bustamante, más las fuerzas de reserva.
Alrededor de la 8 de la mañana suena el primer disparo de cañón. Las fuerzas jordanistas, con unos 3.000 hombres de caballería atacaron por la izquierda, sin poder ser contenidos por la artillería. Según el parte de Rivas las cargas de caballería se suceden “con ímpetu salvaje y con su habitual gritería”. Los “civilizados” llamaban “ímpetu salvaje” a la valentía jordanista, pero Rivas luego rectifica su apreciación: “Quiero hacer un acto de justicia - dice Rivas - , al valor del enemigo digno de mejor causa, muy principalmente a la caballería, que ha dado algunas cargas hasta con desesperación”
Los nacionales, que contabancon poderosa altilleria y modernos fusiles Remington, dan por ganada la batalla, adjudicándose cuatro veces menos pérdidas que el enemigo. El parte del coronel jordanista Pedro Seguí da sin embargo la siguiente versión:
Defendemos la Soberanía de la Provincia
Campamento en marcha, octubre 13 de 1870
Señor Sargento Mayor Don Antonio R. Descalzo
Ayer 12 lo batimos al ejército que comandaba Rivas. El combate principió a la 7 y media de la mañana. Nuestras caballerías triunfaron completamente como se esperaba, quedando reducida la del enemigo a un pequeño número, pues a la primera carga se le desbandaron 400 o 500 hombres y lo que es más, de a pié.
Ya Ud. sabe que con los cañones se pone siempre al abrigo de una derrota completa; así fue ayer. Los tuvimos encerrados por espacio de 4 1/2 ó 5 horas que duró el combate y no siendo posible competir con sus cañones, emprendimos nuestra retirada, y hoy volvemos sobre ellos a hostilizarlos para facilitar el desbande.
Las pérdidas de nosotros son insignificantes, pues no pasaron de 20 muertos y heridos. El enemigo no puede vanagloriarse de estos porque sus pérdidas son considerables. Entre desbandados y prisioneros y muertos alcanzará de 700 a 800 hombres. Todas sus caballadas están en nuestro poder y las que no lo están se han disparado y por consiguiente están a pie, como le digo, y en estado de no poderse mover por muchos días de allí. Pedro P. Seguí.
Francisco Horacio Francou, en su libro “El ama de mis pagos” (Vol.I. Buenos Aires. 1966) nos brinda algunos detalles muy interesantes, sobre todo en en cuanto a la manera de proceder de “civilizados y bárbaros”: “La batalla mas famosa de las libradas fue la de Santa Rosa, - dice - a unos 4.000 metros del arroyo del mismo nombre y en el campo Irungaray, frente a lo de Pascual Irungaray. Esos campos eran de Aurelio Jorge y allí había un enorme “corral de palo a pique” de ñandubay, para encerrar la hacienda “baguala” que abundaba por esos tiempos sin alambrados. Los colorados (así se llamaban dos del gobierno), acamparon cerca del corral y los blancos (así se llamaban los de López Jordán) lo hicieron en el campo de Santa Medarda. La noche anterior a la batalla, el jefe del Estado Mayor, coronel gallo (abuelo materno de Rogelio Carricarte) tenía reunidas cinco mil yeguas para lanzarlas a toda carrera, con cueros secos atados en las colas, contra los cuadros de los colorados. López Jordán no aceptó el plan, porque dijo que era contrario a la leyes”
A los jordanistas, además de la falta y precariedad de armamenteo, y pese a su valor, probablemente los llevó a la derrota precisamente el honorable hecho de respetar las leyes que otros no respetaban.
El 17 de octubre, pocos días después de Santa Rosa, López Jordán recibe una significativa carta del autor del Martín Fierro, José “Matraca” Hernández:
"En la lucha que Ud. se halla comprometido - escribe José Hernández - no hay sino una sola salida, un solo término, una disyuntiva: o la derrota o un cambio general de situación en la República. Cualquier opinión contraria a ésta, será un error político grave, que lo detendrá a usted en su marcha, para perderlo al fin.
Urquiza era el Gobernador Tirano de Entre Ríos, pero era más que todo el Jefe Traidor del Gran Partido Federal, y su muerte mil veces merecida, es una justicia tremenda y ejemplar del partido otras tantas veces sacrificado y vendido por él. La reacción del partido, debía por lo tanto iniciarse por un acto de moral política, como era el justo castigo del Jefe Traidor.
Opino pues que para no empequeñecer su movimiento, debe usted tomar esa reacción como punto de mira política. Hacen diez años que Ud. es la esperanza de los pueblos, y hoy, postrados, abatidos, engrillados, miran en Ud un salvador” (Aníbal S. Vázquez. José Hernández en los entreveros jordanistas. Paraná. 1953)
Bibliografía:
- Chávez, Fermín. Vida y muerte de López Jordán. Edit. Theoría
- Obras citadas
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar