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CONCORDIA
19-08-2016
Monse帽or Ricardo Rosch: Primer Obispo Concordia
2016-08-19-20:20
El domingo 21 de agosto se cumple 40 aniversario de la partida a la Casa del Padre de Monse帽or Ricardo Rosch, primer Obispo de la Di贸cesis de Concordia. Es 茅sta una ocasi贸n propicia para recordar, con memoria agradecida, la impronta que monse帽or Ricardo ha tenido y el legado que nos ha dejado.
Las grandes obras iniciales del primero Obispo, marcaron una fuerte presencia de la Iglesia en lo Social, Educativo y en la formaci贸n del Clero. Esto se ve reflejado en iniciativas como el Hogar Escuela Juan XXIII, la creaci贸n del Instituto Profesorado Concordia y el Bachillerato Humanista Moderno, as铆 como numerosas escuelas, especialmente en las zonas m谩s carenciadas, como el Instituto San Jaime, en la localidad de San Jaime de la Frontera. Y finalmente el Seminario Diocesano a fin de proveer un lugar de formaci贸n y preparaci贸n del futuro clero de la Di贸cesis.
Monse帽or Ricardo R枚sch, fue nombrado por el Papa Juan XXIII al momento de crear la Di贸cesis de Concordia el 10 de abril de 1961; y tom贸 posesi贸n en el gobierno de la misma el 18 de noviembre de ese mismo a帽o. Fue un Padre y Pastor ejemplar que supo acompa帽ar el caminar y la vida de fe de esta porci贸n de Pueblo de Dios, dando rostro e identidad a esta Iglesia Particular.
Como la vida misma, sus ense帽anzas y acciones fueron madurando desde lo peque帽o y lo sencillo, hasta lograr una mirada pastoral que trascendi贸 los l铆mites ap贸cales; y que hoy son fuente de inspiraci贸n y permanente reflexi贸n pastoral. Toda su obra fue animada por la acci贸n del Esp铆ritu Santo, que le concedi贸 a Mons. Ricardo el don de interpretar los signos de los tiempos. El compromiso con la sociedad y los ambientes, especialmente con los hermanos m谩s necesitados, es s贸lo un bot贸n de muestra de su legado episcopal.
Su magisterio tambi茅n devela un sinf铆n de nombres y rostros de sacerdotes, religiosos y laicos amigos y compa帽eros de camino; cuya presencia y acci贸n quedaron grabadas en la conciencia e historia colectiva y son hoy testimonio de que sus semillas fecundaron nuestra vida diocesana.