11 DE AGOSTO, D�A INTERNACIONAL DE LA LOGOSOF�A
09-08-2013

La superación integral como objetivo

(Villa Elisa al Dia)

Si bien es cierto que muchos desean de verdad una superación de sus propias vidas por experimentarlo como una necesidad y aun por sentirse desconforme con el monótono pasar de sus días –que se suceden y repiten como algo fatal, sin ninguna variante que estimule el espíritu, lo mismo que la gota de agua, que cae siempre igual–, no todos se empeñan en realizar ese objetivo con la resolución, paciencia y constancia que requiere, lógicamente, un proceso de superación integral, el cual exige, como requisito indispensable, trazar un plan de trabajo personal. Este plan consiste en la observación ininterrumpida de todos los movimientos diarios, tanto los que se refieren a los pensamientos como a las actuaciones que el individuo está habituado a desarrollar en el curso de sus días. Hemos mencionado a los pensamientos en primer lugar, porque son éstos los que tienen principal intervención en la realización de tal proceso.
La preparación interna que se efectúa con miras al desarrollo, por ejemplo, de la inteligencia, requiere ser asistida por una firme voluntad de alcanzar un verdadero adelanto en cada uno de los conocimientos comunes en que la vida diaria se desenvuelve. La preocupación básica es en este caso permanente y preside una a una las horas que se viven para no descuidar el cumplimiento de lo resuelto a ese fin. Así, siendo el empeño permanente, se mejorarán todas las actuaciones, sean éstas del orden que fueren, y se tratará, a la vez, de ir superando de día en día las actividades que se vayan desarrollando, pues nada puede estimular más ni causar más tierna alegría que observar el progreso logrado en cada superación.
Pero hay algo que va más allá de las simples actuaciones o actividades externas, es decir de las que se efectúan comúnmente; ello es la superación integral, la cual no ha de efectuarse tan sólo con miras a un mayor desarrollo de la inteligencia, sino que ha de alcanzar todos los confines de la vida del ser. Y para esto será necesario crear en lo interno del mismo el ambiente adecuado, a fin de que fructifique el bien que se persigue.
Saber que se puede ser más de lo que se es y tener más de lo que se tiene, merced a esa superación en la que el alma debe empeñarse con todo ahinco, es ya una garantía incuestionable de lo que es posible alcanzar. Pero las normas a que todo ser humano debe someter el ejercicio continuado de sus facultades mentales, han de ser inflexibles en el sentido de no tolerar los errores y las deficiencias, las que deben corregirse o eliminarse a medida que se avanza en pos del perfeccionamiento.
Los obstáculos y dificultades que generalmente se interponen al cumplimiento de tan plausibles deseos de superación, son el olvido de los propósitos, la falta de voluntad para proseguir la labor iniciada y la tan acentuada costumbre de dejar siempre para otro día lo que puede hacerse en cualquier momento. No obstante, se ha visto que los que triunfan en esto o en aquello y alcanzan sus metas anheladas, son los que perduraron en sus esfuerzos y corrigieron sus actuaciones deficientes.
A nadie, pues, está vedado el superar sus propias condiciones y llevar su ser a planos de actuación cada vez más eficientes y dignos de una posición mejor.

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